Hoy en día el cuidado de nuestro suelo pélvico es un tema que está en auge.
Seguro que tu ginecólogo/a, tu monitor/a de gimnasio, incluso alguna amiga te ha recomendado hacer Hipopresivos o ejercicios de Kegel.
Antes de iniciar cualquier tipo de actividad relacionada con el suelo pélvico es necesario hacer una valoración previa, ya que al igual que nadie tiene los ojos iguales, el mundo del suelo pélvico es muy amplio.
En Meridian te ayudaremos a descubrirlo un poquito más.
Primero deberías hacer un análisis corporal completo respondiendo a estas simples preguntas:
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¿realizas deporte de impacto como correr, saltar?
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¿has notado algún escape de orina tosiendo o al reír?
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¿haces ejercicios de Kegel sin saber exactamente qué estás haciendo?
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¿tienes dolor lumbar o pélvico?
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¿sufres estreñimiento crónico?
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¿notas que tu suelo pélvico ha cambiado tras el embarazo o parto? ¿notas un peso o cuerpo extraño?
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¿tienes dolor en las relaciones sexuales?
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¿quieres saber el estado de tu suelo pélvico antes de quedarte embarazada?
Si alguna de tus respuestas es afirmativa quizá necesites una valoración del suelo pélvico. A continuación te explicamos en qué consiste.
¿EN QUÉ CONSISTE UNA VALORACIÓN DE SUELO PÉLVICO?
En primer lugar, la valoración debe realizarla un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.
La sesión de valoración se inicia con una entrevista en la que debes explicar cuáles son tus preocupaciones o motivo de consulta.
A raíz de ello, el fisioterapeuta irá realizando una serie de preguntas necesarias para complementar de forma correcta la información que le has facilitado.
Después de la entrevista se pasará a valorar la zona abdominal, lumbar y pélvica, para comprobar que todas las estructuras que rodean al suelo pélvico están correctas y, continuará con la valoración específica de suelo pélvico, en la que:
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Primero se observa la zona vaginal externa (coloración, tejido, sensibilidad).
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Seguidamente se realiza la valoración interna de estructuras como las vísceras, la musculatura, la calidad del tejido, etc. Durante todo este proceso el fisioterapeuta puede pedirte que hagas cosas como toser, empujar, contraer como si quisieras aguantar la orina, todo para asegurarse de la integridad del conjunto.